Una de las citas obligadas del arte andaluz -y de parte de la contemporaneidad española- es Aduana, el Certamen Nacional de Artes Plásticas que cada dos años convoca la Diputación de Cádiz (cuya sede fue la antigua Aduana). Este año han sido más de 600 obras las que han concurrido buscando estar en el catálogo editado por la Fundación Provincial de Cultura. Soledad Sevilla, Cándida Garbarino, Marcos Ricardo Barnatán, José Guirao y Manuel Rufo seleccionaron 69 obras de las que 16 fueron propuestas para su adquisición. Casi todas las obras escogidas responden a los múltiples criterios que animan la creación contemporánea donde tienen cabida las más variadas posiciones, desde una figuración abierta -Pablo Alonso Herráiz, Pep Guerrero, José Antonio Chanivet, Teresa Moro o Equipo Límite-, hasta las estrategias escenográficas de la instalación- Paco Medina, José Ruiz, Pepe- pasando por una abstracción sin límites -Alberto Reguera, J. M. Bermejo, Javier Riera, Amaya Bozal, Simón Zabeli-, las fórmulas imprecisas de Pepe Rubio, A. D. Resurrección, Nuria Carrasco, el tándem Julia Rivera-Juan Carlos Bracho o Paco Lara, así como los diáfanos horizontes de una fotografía determinante -Alberto García Alix o Gonzalo Puch-. La edición de Aduana ha vuelto a protagonizar la atención del panorama artístico. Su catálogo es un amplio resumen de la actualidad artística nacional. Los premios son sólo un jugoso acicate para los afortunados